Planes estratégicos

En nuestro país viven más de 8 millones de niñas, niños y adolescentes, un 17% de la población. Son sujetos plenos de derechos a disfrutar en el aquí y el ahora y, al mismo tiempo, son el futuro de nuestra sociedad. Desde que España ratificase la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, han sido muchos los avances en materia de promoción, protección, defensa y garantía de los derechos de esta parte esencial de nuestra ciudadanía. De ahí que se haya impulsado la Estrategia Estatal de Derechos de la Infancia y de la Adolescencia (2023-2030), que establece la visión del país que queremos para el 2030, con y para la infancia, en el que el conjunto de derechos esté garantizado y sea real y efectivo para todos los niños, niñas y adolescentes. No se trata de garantizar formalmente todos los derechos, sino de lograr su acceso y disfrute, en igualdad plena. La misión de esta Estrategia es articular la acción del conjunto del Estado y de las Administraciones en torno a ocho áreas estratégicas y una serie de metas a alcanzar en 2030, todas ellas clave para la plena garantía de los derechos de las niñas, niños y adolescentes. 

En cuanto a la Estrategia de Erradicación de la Violencia contra la infancia y adolescencia es el reflejo del alto grado de compromiso de todos los niveles de la administración para garantizar el cumplimiento y ejercicio de los derechos humanos de los niños y niñas a una vida libre de violencia, que permita el desarrollar de todo su potencial y a tener una infancia y adolescencia feliz, en cumplimiento de la Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI). La Estrategia cubre el periodo 2023-2030 y contiene cinco áreas estratégicas, para cada una de las cuales se establece un objetivo, una serie de líneas de actuación, así como las medidas más importantes y sus respectivas metas para evaluar el impacto. Pretende ser la hoja de ruta para que las diferentes administraciones, entidades y actores trabajen de la mano para fortalecer el trabajo de prevención de todas las formas de violencia, mejorar la detección e intervenir tempranamente desde un enfoque integral y multidisciplinar, visibilizar la violencia contra los niños, niñas y adolescentes con el fin de conocer la magnitud de este problema, generar una cultura de tolerancia cero ante la violencia y del buen trato, y fomentar la creación de entornos que protejan a todos los niños y niñas sin distinción alguna.